Este poemario nace una noche donde robó protagonismo una de las primeras lágrimas acumuladas dentro de un estómago engañado y acostumbrado a besos congelados.
Es un diario querido, tembloroso por tanto golpe y puntos de sutura.
Es terapia, olvido, herida, amor y suspiro, dentro de un desorden, dentro de un caos.
Y es, sin duda, el lenguaje poético el que permite a la autora expressar mejor sus sentimientos y su vitalidad.